La parálisis cerebral infantil es un trastorno del movimiento y la postura que se produce debido a una lesión en el cerebro en un momento temprano de la vida. Esta lesión puede causar síntomas como espasmos musculares, rigidez, falta de coordinación y problemas para caminar. La PCI es una afección crónica que puede tener diferentes causas, como una lesión cerebral durante el parto, una infección durante el embarazo, un traumatismo craneal o una enfermedad genética.
En España, se estima que hay alrededor de 120.000 personas con PCI, de las cuales el 80% fueron diagnosticadas antes de los 2 años de edad, según datos de la Federación Española de Parálisis Cerebral (FEDPC). La PCI afecta a alrededor de 2-3 de cada 1.000 nacidos vivos en España, y cada año nacen alrededor de 1.800 niños con PCI.
El impacto de la PCI en el niño dependerá de la gravedad y la ubicación de la lesión cerebral. Existen varios tipos de PCI, que se clasifican según el tipo y la ubicación de los síntomas. Los tres tipos principales de PCI son la espástica, la discinética y la atáxica. Cada tipo de PCI puede tener diferentes grados de gravedad y debe ser evaluado de manera individualizada por un equipo médico especializado.
El tratamiento de la PCI se centra en el manejo de los síntomas y el desarrollo de habilidades para ayudar al niño a alcanzar su máximo potencial. Esto puede incluir terapias como fisioterapia, terapia ocupacional, terapia del habla y terapia conductual, así como medicamentos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones. La cirugía también puede ser una opción para algunos niños con PCI, dependiendo del tipo y la gravedad de la afección. Cada terapia tiene un enfoque diferente.
La fisioterapia puede mejorar la movilidad, la flexibilidad y la fuerza muscular, mientras que la terapia ocupacional se enfoca en ayudar al niño a realizar tareas diarias. La terapia del habla se enfoca en mejorar la capacidad del niño para comunicarse y desarrollar habilidades del lenguaje. La terapia conductual puede ayudar a mejorar la capacidad del niño para controlar sus emociones y comportamiento.
Aunque la PCI es una afección que no se cura, el tratamiento y la rehabilitación adecuados pueden mejorar significativamente la calidad de vida del niño y permitirle llevar una vida plena y activa. Es importante que el niño reciba atención y cuidado individualizados por parte de un equipo médico especializado para obtener los mejores resultados posibles.
En FIVAN brindamos atención integral y personalizada a pacientes con parálisis cerebral infantil, utilizando técnicas y tecnologías avanzadas para ayudarles a mejorar su movilidad, comunicación y calidad de vida en general.
El traumatismo craneal infantil es una lesión en la cabeza de un niño que puede ocurrir debido a una caída, un accidente de tráfico o un maltrato. El traumatismo craneal puede ser leve, moderado o grave, y puede afectar diferentes partes del cerebro.
A nivel mundial, el TCE es una de las principales causas de discapacidad y mortalidad en niños y jóvenes.
En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística, se registraron 3.407 casos de TCE en menores de 14 años en el año 2020. Los niños varones presentaron una tasa más elevada que las niñas. Los principales causantes de los TCE fueron los accidentes de tráfico y las caídas.
La rehabilitación en el traumatismo craneal infantil se enfoca en ayudar al niño a recuperarse de las habilidades físicas y cognitivas perdidas debido al traumatismo craneal. La rehabilitación se adapta a las necesidades individuales del niño y puede incluir diferentes tipos de terapia, como fisioterapia, terapia ocupacional, terapia del habla y terapia psicológica.
Fisioterapia: La fisioterapia se enfoca en ayudar al niño a recuperar la fuerza muscular, el equilibrio y la coordinación. Un fisioterapeuta puede diseñar un plan de ejercicios y terapias específicas para ayudar al niño a mejorar su capacidad para moverse y realizar actividades cotidianas.
Terapia ocupacional: La terapia ocupacional se enfoca en ayudar al niño a desarrollar habilidades para realizar tareas diarias, como vestirse, comer y jugar. Un terapeuta ocupacional puede trabajar con el niño para mejorar su coordinación, destreza y fuerza muscular.
Terapia del habla: La terapia del habla se enfoca en mejorar la capacidad del niño para comunicarse y desarrollar habilidades del lenguaje. Un terapeuta del habla puede trabajar con el niño para mejorar su capacidad para hablar, comprender y utilizar el lenguaje.
Terapia psicológica: La terapia psicológica puede ayudar al niño a manejar el estrés y la ansiedad asociados con el traumatismo craneal. Un terapeuta psicológico puede trabajar con el niño y su familia para desarrollar estrategias para controlar el comportamiento, mejorar la atención y reducir la ansiedad.
En FIVAN nos enfocamos en ofrecer atención especializada y personalizada a niños que han sufrido un Traumatismo Craneoencefálico (TCE), utilizando técnicas avanzadas y terapias innovadoras para ayudarles a recuperar su movilidad, comunicación y habilidades cognitivas, y apoyándolos en su camino hacia una recuperación completa y exitosa.
Un tumor cerebral infantil es un crecimiento anormal de células en el cerebro o en la médula espinal de un niño. Los tumores cerebrales pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos), y pueden presentarse en diferentes partes del cerebro y de la médula espinal.
El tumor cerebral es una enfermedad poco frecuente en la población infantil, aunque puede ser grave y tener consecuencias significativas para el desarrollo y la calidad de vida de los niños afectados.
En España, según la Sociedad Española de Oncología Pediátrica, se estima que cada año se diagnostican alrededor de 300 casos de tumores cerebrales en niños menores de 14 años. La tasa de supervivencia a 5 años para los niños con tumores cerebrales es de aproximadamente el 70%, aunque puede variar significativamente dependiendo del tipo de tumor y del tratamiento recibido.
Los síntomas del tumor cerebral infantil pueden variar, dependiendo de la ubicación y el tamaño del tumor, pero algunos de los síntomas más comunes incluyen dolores de cabeza, vómitos, cambios en la visión, convulsiones, debilidad o parálisis en un lado del cuerpo y cambios en la personalidad o en el comportamiento.
El diagnóstico del tumor cerebral infantil puede ser desafiante debido a que los síntomas pueden ser similares a los de otras enfermedades, y se pueden requerir diferentes pruebas, como tomografías computarizadas y resonancias magnéticas, para confirmar el diagnóstico.
El tratamiento del tumor cerebral infantil depende del tipo y la gravedad del tumor y puede incluir diferentes opciones, como cirugía, radioterapia y quimioterapia. El tratamiento puede tener efectos secundarios significativos, por lo que es importante que se realice un seguimiento y cuidado especializado para el niño.
La rehabilitación en el tumor cerebral infantil es un proceso integral que busca ayudar al niño a recuperar las habilidades físicas y cognitivas perdidas debido al tumor y su tratamiento. La rehabilitación se enfoca en ayudar al niño a volver a realizar actividades cotidianas, como caminar, hablar y comer.
La rehabilitación puede incluir diferentes tipos de terapia, como fisioterapia, terapia ocupacional, terapia del habla y terapia psicológica. Cada tipo de terapia se adapta a las necesidades del niño y se enfoca en mejorar su calidad de vida y ayudarlo a alcanzar su máximo potencial.
Fisioterapia: La fisioterapia se enfoca en ayudar al niño a mejorar su fuerza muscular, equilibrio y coordinación. Un fisioterapeuta puede diseñar un plan de ejercicios y terapias específicas para ayudar al niño a mejorar su capacidad para moverse y realizar actividades cotidianas.
Terapia ocupacional: La terapia ocupacional se enfoca en ayudar al niño a desarrollar habilidades para realizar tareas diarias, como vestirse, comer y jugar. Un terapeuta ocupacional puede trabajar con el niño para mejorar su coordinación, destreza y fuerza muscular.
Terapia del habla: La terapia del habla se enfoca en mejorar la capacidad del niño para comunicarse y desarrollar habilidades del lenguaje. Un terapeuta del habla puede trabajar con el niño para mejorar su capacidad para hablar, comprender y utilizar el lenguaje.
Terapia psicológica: La terapia psicológica puede ayudar al niño a manejar el estrés y la ansiedad asociados con el tumor cerebral infantil y su tratamiento. Un terapeuta psicológico puede trabajar con el niño y su familia para desarrollar estrategias para controlar el comportamiento, mejorar la atención y reducir la ansiedad.
En FIVAN estamos comprometidos en brindar atención integral y personalizada a niños que han experimentado las secuelas de un tumor cerebral, utilizando terapias innovadoras y avanzadas para ayudarles a superar las dificultades que puedan surgir, mejorar su bienestar y calidad de vida, y ayudarles a alcanzar su máximo potencial.