El cannabis, también conocido como marihuana, ha generado a lo largo de la historia un sinfín de controversias, principalmente debido a su uso recreativo y los efectos psicoactivos que conlleva. Sin embargo, es cada vez más común que se reconozca su potencial en el campo de la medicina, especialmente en la neurorrehabilitación. Pero, ¿qué es el cannabis y cómo puede beneficiar a quienes requieren en el campo de la neurorrehabilitación? Veamos.
¿Qué es el cannabis?
El cannabis es una planta de la cual se extraen más de 100 compuestos químicos llamados cannabinoides. Los dos más conocidos son el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), responsable de sus efectos psicoactivos, y el cannabidiol (CBD), un compuesto no psicoactivo que ha despertado interés en la comunidad científica por sus propiedades medicinales (Pertwee, 2015).
Cannabis y neurorrehabilitación: un enfoque científico
La neurorrehabilitación es un proceso clínico destinado a minimizar y compensar las funciones cognitivas, motoras y emocionales afectadas por enfermedades neurológicas. Se ha demostrado que el sistema endocannabinoide, un sistema de señalización en nuestro cuerpo que interactúa con los cannabinoides, juega un papel crucial en la modulación de estas funciones (Lu & Mackie, 2016).
De hecho, una creciente cantidad de investigaciones científicas respaldan el uso del cannabis en la neurorrehabilitación. En particular, el CBD se ha destacado por su potencial neuroprotector y antiinflamatorio, lo que sugiere que puede ser beneficioso en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas (Fernández-Ruiz et al., 2013). Además, se ha observado que el CBD podría mejorar la calidad de vida de las personas con esclerosis múltiple al aliviar los espasmos musculares y la fatiga (Pellati et al., 2018).
Un estudio en el Journal of Neurology, Neurosurgery, and Psychiatry (Wade et al., 2003) mostró que el cannabis medicinal podría aliviar los síntomas de la espasticidad en pacientes con esclerosis múltiple. Además, se ha demostrado que el THC puede ayudar a reducir el dolor neuropático, otro síntoma común en estas afecciones (Jensen et al., 2015).
Medicamentos aprobados
El cannabis ha sido objeto de numerosas investigaciones en el campo de la neurología debido a sus compuestos activos, los cannabinoides, y su interacción con el sistema endocannabinoide del cerebro.
El sistema endocannabinoide es un sistema de señalización que juega un papel en diversas funciones neuronales, como la regulación del humor, la sensación de dolor, el apetito y la memoria. Los cannabinoides como el THC y el CBD interactúan con este sistema, lo que puede tener varios efectos neurobiológicos.
Aquí presentamos algunos de los hallazgos y áreas de investigación más relevantes:
- Epilepsia: Varios estudios han encontrado que el CBD puede reducir la frecuencia de las convulsiones en algunos tipos de epilepsia. En 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó Epidiolex, un medicamento a base de CBD, para el tratamiento de dos formas raras y severas de epilepsia en niños, como el síndrome de Lennox-Gastaut y el síndrome de Dravet. Algunos efectos secundarios como fatiga y problemas hepáticos también se han asociado con el uso del medicamento.
- Esclerosis múltiple: Algunas investigaciones sugieren que el cannabis puede aliviar los síntomas de la esclerosis múltiple, como el dolor y los espasmos musculares. El Sativex es un medicamento aprobado por la FDA que se administra como un aerosol oral y contiene los cannabinoides CBD y THC como sus principales componentes. Se utiliza principalmente en el manejo del dolor severo, especialmente dolores que resultan de la esclerosis múltiple. Algunos efectos secundarios asociados con el uso de Sativex incluyen fatiga, mareos y somnolencia.
- Enfermedad de Parkinson y Alzheimer: Algunos estudios preliminares sugieren que el cannabis puede tener efectos neuroprotectores y puede ayudar a aliviar ciertos síntomas de estas enfermedades, como la agitación y la agresión en el Alzheimer y los temblores y la rigidez en el Parkinson. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos.
- Dolor neuropático: Algunos estudios han encontrado que el cannabis puede ser eficaz para aliviar el dolor neuropático. La Nabilona (Cesamet y Canemes) se prescribe con mayor frecuencia para controlar las náuseas y los vómitos en personas sometidas a quimioterapia, pero también para controlar el dolor crónico resistente al tratamiento y el dolor neuropático.
Estos medicamentos están disponibles en varios países, incluyendo Estados Unidos, Reino Unido, Francia, España, Italia, República Checa, Alemania, Dinamarca, Suecia, Austria, Polonia y Canadá.
Efectos secundarios del consumo de cannabis
A pesar de la creciente evidencia de los beneficios potenciales del cannabis en la neurorrehabilitación, también existen preocupaciones sobre sus efectos secundarios y la falta de estandarización en dosificación y administración. Es importante subrayar que cualquier uso medicinal del cannabis debe ser supervisado por un médico.
Los efectos secundarios varían según la frecuencia de uso, la cantidad consumida, la forma de consumo (por ejemplo, fumar, vaporizar o ingerir) y las características individuales de la persona. Los efectos inmediatos pueden producir:
- Alteraciones en la memoria a corto plazo y dificultades para aprender.
- Problemas de coordinación y percepción, que pueden interferir con las habilidades motoras y la conducción.
- Efectos psicodélicos, como alucinaciones y paranoia.
- Ansiedad o pánico.
- Aumento del ritmo cardíaco.
En cuanto a los efectos a largo plazo:
- Problemas cognitivos: El consumo regular y a largo plazo de cannabis puede afectar las funciones cognitivas, especialmente si el uso comienza durante la adolescencia, cuando el cerebro aún está en desarrollo. Estos problemas pueden incluir dificultades con la memoria, la atención y el rendimiento académico o laboral.
- Salud mental: Hay evidencia de que el consumo de cannabis puede estar asociado con un mayor riesgo de desarrollar trastornos de salud mental, como la esquizofrenia, la depresión y la ansiedad, especialmente en personas con una predisposición genética.
- Dependencia: Aunque no es común, algunas personas pueden desarrollar un trastorno por uso de cannabis, que se caracteriza por la incapacidad para dejar de usar la droga a pesar de sus consecuencias negativas.
- Problemas respiratorios: Al igual que el tabaco, fumar cannabis puede llevar a enfermedades pulmonares como bronquitis y un mayor riesgo de infecciones pulmonares.
- Problemas cardiovasculares: El consumo de cannabis aumenta la frecuencia cardíaca y puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas en personas susceptibles.
Es fundamental que se realicen más investigaciones en este campo. Los estudios actuales tienden a ser de pequeña escala, y muchas de las afirmaciones sobre los beneficios medicinales del cannabis provienen de estudios en animales o de pruebas in vitro. Necesitamos más investigaciones a gran escala en humanos para entender completamente los beneficios y los riesgos de usar el cannabis en neurorrehabilitación. Un análisis más profundo nos permitirá determinar cómo utilizar eficazmente estas sustancias para el beneficio de los pacientes, evitando al mismo tiempo los posibles efectos adversos.
Avances legislativos y su impacto
En la última década, numerosos países y estados han modificado su legislación para permitir el uso medicinal del cannabis, y esto ha permitido avanzar en la investigación de sus propiedades. Por ejemplo, en Canadá, donde el cannabis es legal tanto para uso recreativo como medicinal, se están llevando a cabo varios ensayos clínicos con cannabis para diversas enfermedades neurológicas (Kahan et al., 2014).
Estas reformas legislativas han abierto las puertas a nuevas investigaciones y ensayos clínicos, contribuyendo a una mejor comprensión de los beneficios potenciales del cannabis en la neurorrehabilitación.
Conclusión
El cannabis, una planta milenaria con una compleja composición química, ha mostrado en diversos estudios su potencial en el campo de la neurorrehabilitación. Aunque aún existen interrogantes y retos por superar, como la estandarización de dosis y la minimización de efectos adversos, las investigaciones actuales indican que puede ser un aliado significativo en el tratamiento de enfermedades neurológicas.
Es imprescindible que los pacientes se informen adecuadamente y consulten a un médico antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento con cannabis. En el futuro, con la realización de más investigaciones a gran escala, es posible que veamos el cannabis ocupando un lugar aún más prominente en el campo de la neurorrehabilitación.
En definitiva, la planta de cannabis, antiguamente estigmatizada, está ganando reconocimiento en el campo de la medicina. La ciencia está desvelando las potencialidades del cannabis, revelando cómo sus compuestos pueden mejorar la calidad de vida de las personas que sufren de enfermedades neurológicas.